SOS Emocional
Viktor Frankl
Fue un domingo distinto, a eso de las 06:00 pm inició el dolor. Tenía pocos días de haber aceptado un nuevo reto laboral, y allí estaba recostada en el sofá tratando de adivinar que podía ser aquel dolor en el ojo izquierdo.
En agenda estaban escritas múltiples reuniones, una libreta llena de planes, y la mente llena de ideas, de proyectos. No había posibilidad para que aquella planificación tan exacta no se llevara a cabo tal cual como la había diseñado. Paradójicamente, la vida siempre encuentra formas de hacerme saber que no todo puede ser controlado, es más se encarga de recordar que a veces sólo podemos controlar la forma en la que reaccionamos ante ciertas situaciones.
Fueron 48 horas esperando la opinión de un experto, dos días anhelando que fuera una simple alergia, un mal sueño del que iba a despertar. Uveitis Anterior Severa, palabras que en mi vida había escuchado ahora estaba a escasos 2 cm de mi nombre en el informe médico.
El abanico de emociones que antes rondaba con frecuencia el amor y la alegría, ahora se paseaba por el miedo, la tristeza, la incertidumbre y la frustración. No recordaba todo ese torbellino interno, pero entendía que tenía que aceptarlo y vivirlo, pues algo estaba por aprender.
Negarlo era difícil, ocultarlo también, decir estoy bien no calmaba el dolor ni la angustia. Así que decidí aplicar todo lo que en algún momento escuche, aprendí, lo que leí en algunos libros o comentaban personas que han vivido experiencias similares.
Soltar el control del volante da miedo, pero a veces es necesario, hacer un plan de acción por segundo fue mi clave, no sabía que iba a pasar, no sabía casi nada sobre esa condición, sólo podía aferrarme a la idea de que sea lo que sea que pase yo puedo superarlo, abrazar la incertidumbre y todo aquello que era nuevo. La fe, dos letras que para mi significan mucho han sido mi mejor medicina, el enfoque de la mente en lo que si tengo también me ha ayudado mucho en este proceso.
Ya estoy mucho mejor, a diario celebro el despertar y tener la bendición de ver. Espero que si lees esto des gracias por la fortuna y el regalo maravilloso de la vista, si estas escuchando alguna melodía agradece a ese sentido maravilloso que te permite oír, si estas leyendo esto mientras caminas dale las gracias a tu cuerpo por trasladarte a donde necesites.
Tenemos bendiciones tan grandes y regalos que muchos anhelan, que no vale la pena afligirse por algo material, por una uña rota o por un mal día.
Gracias, con esa palabra tan poderosa cierro esta publicación. Gracias a Dios, a ti, y a todos los que hacen que la vida se llene de colores maravillosos.
Con Amor...
Vanessa Pérez
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